Hay infinidad de situaciones por las que nuestro teléfono móvil puede verse salpicado por agua o cualquier otro líquido, y en el peor de los casos, quedar totalmente empapado o sumergido. Como se trata de aparatos electrónicos de reducido tamaño que se usan con mucha frecuencia en nuestro día a día, al menor despiste se nos puede escapar de las manos y acabar en un charco en la calle o volcados en un vaso de agua, pudiendo sufrir un severa averia o incluso quedar inservible. Y encima, además de la problemática de los líquidos, son gadgets propensos a sufrir golpes y arañazos.
Liquipel acude a nuestro rescate para intentar proteger nuestros teléfonos móviles frente a derrames de líquidos. El método consiste en un protector químico que aísla completamente el dispositivo e incluso puede seguir funcionando al caer inmerso totalmente en el líquido.
La única y gran “pega” es que Liquipel no está a la venta en tiendas físicas y el método de conseguirlo es enviar nuestro teléfono móvil a la empresa, en California, para que lo traten con dicho producto. El tratamiento cuesta desde 59 a 79 dólares, dependiendo del método de transporte.
Es de suponer que si el producto es un éxito, pronto se las ingenien en Liquipel para que esté disponible en tiendas y en otras partes del mundo.
Más información | Liquipel
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